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ıllıllı Historia de Huelva: Rodrigo de Xerez (Ayamonte)
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El día de hoy repasaremos la curiosa historia de entre los hijos y vecinos más ilustres de Ayamonte, llamado R. de Xerez. Un nombre que está recientemente muy de tendencia y en boca de todos desde el momento en que, con la nueva normativa sobre el tabaco, la figura de este nauta onubense ha pasado a ser considerada un mártir entre los fumadores, puesto que el tabaco no le trajo otra cosa que desazones. Y eso que R. de Xerez entró en los libros de historia como el primer hombre de Europa que fumó tabaco y el que lo introdujo en este país allí por mil cuatrocientos noventa y dos. Mas no nos adelantamos y empecemos por el principio, aseverando que, si bien su apodo pueda llevar a equívoco, R. no era de Jerez sino más bien ayamontino ayamontino. Nacido, criado y residente en la Calle Viriato del marinero Distrito del S., en una casa en la que llegó a alojarse el mismísimo Cristobal Colón. R. de Xerez se alistó en la tripulación y partió desde el Puerto de Palos en las calaberas que iban en pos de la India y que acabaron encontrando América.
Entonces hallaron unos indígenas que prendían un canuto de yerbas secas por una parte y aspiraban por el otro, soltando un humo aromatizado. Aquel descubrimiento sorprendió en extremo al nauta ayamontino, que no tardó en amoldar la costumbre con la soltura propia del que lo llevaba haciendo toda la vida. No obstante, a su regreso a España a bordo de La Pequeña, el echar humo por la boca le iba a valer 7 años de cárcel, puesto que la inquisición comprendía que solo podía expulsar humo del cuerpo aquel que estuviese poseído por Satanás.Cosas de la temporada. No se sabe con certeza si fue su esposa la que lo acusó frente al tribunal inquisidor, o bien fue tal como cuentan, justo al desembarcar en Sevilla, cuando sorprendió a todos y cada uno de los que se arremolinaban en el puerto. La cuestión es que a R. de Xerez le salió bastante costoso el fumar, si bien cuando abandonó el presidio, ya era una costumbre realmente bien vista en toda España y que empezaba a extenderse en toda Europa. La historia de R. de Xerez acaba y se pierde en la Parroquia de San M., donde fue sepultado tras su muerte. Y señalamos que se pierde pues este templo fue destruido en tiempos de guerra y no se sabe con certeza si sus restos se trasladaron o bien no a la iglesia del que fue su distrito, la Parroquia del S. |
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