Si nos adentramos dentro de la provincia de Huelva, encontraremos algún que otro pueblo perdido por la sierra. Son pueblos con escasos habitantes y con poco patrimonio monumental, como por servirnos de un ejemplo La Granada de Riotinto, mas que se hallan en un marco natural realmente bonito y cuyas gentes te acogen y te reciben de buen grado.

En específico, La Granada de Ríotinto es un pueblo con poco más de doscientos habitantes, mas con una historia bastante curiosa.

Su origen es bien difícil de situar, si bien sí parece que esta era la más grande de un conjunto de aldeas de Aracena que decidieron fusionarse en una, y que por entonces, e inclusive todavía se la conoce de esta manera por los aledaños, se llamaba La Alfilla.

Sin embargo, el pueblo pasó a llamarse La Granada cuando el rey y conquistador A. X El Sabio llegó a estas tierras y trajo consigo una imagen mariana de Nuestra Señora de la Granada, advocación que hallamos en otras poblaciones como Moguer o bien Bruma.

Y aun quedaba un cambio de nombre más. Cuando la compañía minera se instaló en esta zona de Huelva, tenía inconvenientes con la correspondencia y de esta manera, para eludir la confusión entre esta Granada y la enorme urbe andaluza, se le agregó claramente el complemento “de Riotinto”.

El único edifico de interés a visitar es la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada, un edificio del siglo XVII.

De esta manera, el mayor atrayente turístico se concentra en su patrimonio natural, recorriendo por los caminos las zonas mineras, las zonas agrícolas, y la Sierra de la Joya, los medios que abarcan a esta población de casas encaladas y tejados rojizos.

Para promover el turismo, se levantó un conjunto de nueve villas rurales con un área de recreo que las arrienda el propio Municipio.

Una buena temporada para conocer esta población y gozar de estas casas rurales es el invierno, cuando el ambiente adquiere una tonalidad singular, y cuando es temporada de matanzas y se puede gozar de productos ibéricos de calidad.

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