Cuando charlamos de una iglesia, siempre y en todo momento resaltamos el año en el que se edificó. Involuntariamente, asociamos la antigüedad con la belleza y también relevancia del templo en cuestión, mas no siempre y en todo momento debe ser de esta manera.

En la localidad onubense de Valverde del Paseo hallamos una buena salvedad, una iglesia pequeña y del siglo veinte, mas hermosa para mi gusto.

Hoy nos aproximamos a este pueblo de El Andévalo, renombrado por sus botas camperas, para descubrir la Ermita del Santurrón, un pequeño templo por el que tengo singular predilección, a pesar de que hora no pasando por buenos instantes exactamente, puesto que el año pasado se derruyó una parte del techo debido a los temporales, y poquito a poco, se están colectando fondos para reanudar las reformas.

Situada sobre los restos de la vieja Ermita de San S., el veintitres de marzo de mil novecientos cincuenta y dos se puso la primera piedra de este proyecto que llevarían adelante los arquitectos hispalenses A. Bambontín y A. D.

La idea era imitar la arquitectura neobarroca sevillana propia del siglo XVIII y hallaron la inspiración en la Capilla del Silencio de Sevilla, y otras obras del profesor D. A. Díaz.

Siendo de esta forma las cosas, nueve años después y más de un millón de las pesetas de entonces de desembolso, un domingo día doce de marzo de mil novecientos sesenta y uno se consagró esta Ermita y se trasladó al Señor del Santurrón a su nuevo hogar.

Y el desenlace es, desde mi modesto punto de vista, genial, y creo en Valverde del Paseo asimismo quedaron bastante satisfechos del trabajo de los arquitectos, a los que se les honró con 2 calles en las proximidades de esta Ermita del Santurrón.

La ermita, de planta cuadrangular con forma de cruz latina, ha encajado con perfección en la fisonomía del cabezo del Santurrón.

En el exterior, resaltan los pequeños y coloridos detalles, y unas más que especiales vidrieras. En su interior, se logra merced a la simplicidad crear el entorno conveniente para la finalidad con la que se edificó, ser un sitio de culto, de rezo y de recogimiento.

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