Santuario De Nuestra Señora De La Cinta (Huelva)

El Santuario de Nuestra Señora de La Cinta, asimismo conocido como "Ermita de la Cinta", "Santuario de la Cinta", está en Huelva.

Esta ermita es la sede de la patrona de la urbe. Está ubicada en el cabezo de El Conquero, pese a encontrarse hoy en día en la urbe es uno de sus lugares más mágicos de la ciudad.

Tanto la fraternidad como las imágenes aparecen relacionadas con la llegada en el siglo XV a Huelva de C. Colón tras su primera partida cara América Se sabe que cumpliendo una promesa, el nauta peregrinó al santuario para dar las gracias los favores concedidos a lo largo de su travesía. Acá vemos una imagen en pintura de C. Colón efectuada por Alejo F.

El santuario está dedicado a la Virgen de la Cinta, asimismo famosa como "La Virgen Chiquita" que, por su parte es la patrona de la urbe. Su imagen aparece como mural en la capilla central. Se trata de una pintura al fresco con repintes de temple al huevo y pan de oro.

En ella se puede localizar a la Virgen sentada, con su mano derecha mientras que aguanta en el regazo al pequeño sentado. Con la izquierda presenta una granada entreabierta. El pequeño aparece desvisto, si bien calzado con pequeños patucos. En la capilla derecha se ubica la imagen procesional.

Es una estatua de madera policromada datada cara el año mil setecientos sesenta obra de B. Hita del Castillo. La virgen aparecen con el pequeño, que con sus manos mantiene una granada. En su vestimenta presenta una túnica con ornamentos de flores, ajustada por un cíngulo dorado. Se cubre con un mantón de idénticos ornamentos.

El Pequeño, desvisto y calzado, porta en sus manos la cinta dorada. Su origen se remonta al siglo XVIII, si bien la antigüedad tanto de la devoción popular como de la Fraternidad arranca del siglo XV, justo en los años precedentes al Descubrimiento de América. Hoy día procesiona en los meses de agosto y septiembre entre el santuario, La Concepción y la Catedral de La Merced de Huelva.

Sirviendo de entrada porticada al circuito se halla el "Patio Claustral Prelados G. Moralejo", construido en el año mil novecientos uno, este patio blanco está formado por arcos de medio punto en los laterales. Son interesantes en este sitio tanto las distintas placas conmemorativas como la lápida funeraria de la Familia Garrocho que fue trasladada al sitio tras el derribo de la vieja Iglesia de la ciudad de San Francisco.

Asimismo es resaltable el solado por usarse como factoría las viejas lápidas del precedente camposanto de la urbe y por el hecho de ser perceptibles ciertos grabados de éstas.

La construcción en sí es una construcción de estilo gótico-mudéjar del siglo XV, si bien desde ese momento ha sufrido consecutivas tranformaciones. Se accede a éste por medio del patio y un segundo piso, del siglo XVIII. En este segundo piso se halla la hospedería. En la galería este se halla la galería primordial, rematada por una espadaña, y formada por 3 puertas del siglo XVI, enmarcadas por arcos apuntados de ladrillo, encuadrados en alfiz.

El interior de la ermita es de planta cuadrangular con una nave primordial y 2 laterales separadas por 3 arcos apuntados sobre semicolumnas coronadas por capiteles planos cúbicos de ángulos rebajados. La nave primordial se halla rematada por un ábside y una cúpula apuntada de estilo barroco y en sus laterales 2 pequeñas capillas. En la central se halla el pequeño coro, que es del siglo XVIII.

Asimismo resaltan una serie de azulejos efectuados por D. Zuloaga en mil novecientos veinte y que narran distintas historias marianas y de marinería.

Es también esencial que durante 4 vidrieras se narra una historia de leyenda mariana en la que la intercesión de la Virgen de la Cinta da la libertad a un marinero onubense y permite la conversión de un musulmán.

En el año mil novecientos cincuenta y cinco se acometió una esencial reforma del templo (patio, espadaña, verjas, capillas laterales...) que fueron costeadas por el matador M. Báez Espuny "El Litri" y el Gobierno Civil bajo la dirección del arquitecto técnico J. M. R. Cordero. Ya en dos mil siete el pintor J. M. Franco añadió unas pinturas al ábside con motivos marianos y marineros como sustición de los precedentes, obras del mismo autor, con seriedad dañadas y también irrecuperables.

Con el desarrollo de Huelva la urbe ha ido acercándose a la zona de la ermita (el populoso distrito de La Orden) con lo que ya todo el circuito se halla en el núcleo urbano. En él se hallan distintos edificios religiosos que tienen como centro la ermita.

En el centro se halla la "Plaza de los Capellanes" con rosa de los vientos en el centro y un mirador orientado a la ría de Huelva desde el que se puede observar además de esto una parte del puerto, el Odiel y los cabezos de la urbe. En los jardines se halla un pequeño monumento dedicado a la Virgen Chiquita, con una imagen en bronce de exactamente la misma, obra de A. L. O. de mil novecientos setenta y siete.

Más abajo, a los pies del cabezo, hay un pequeño humilladero construido sobre una ermita que destrozaron los árabes. Dicha ermita fue levantada por un zapatero al que "prodigiosamente" se le curaron sus dolores al encomendarse a la Virgen.

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