El directivo del curso 'Feminismos, género y masculinidades' ha abordado la problemática de la desigualdad en la sociedad

El maestro de la Universidad C. III de la villa de Madrid J. J. Tamayo ha dicho que "el tiempo actual no corre en favor de la igualdad", un hecho que ha explicado con las desigualdades que se dan desde el punto de vista económico o bien político en sociedades supuestamente equilibradas. El inconveniente, conforme ha aclarado, se sosten con el sistema neoliberal y patriarcal, "con lo que hay que diseñar propuestas y opciones alternativas que contribuyan a la superación de esta desigualdad".

J. J. Tamayo ha participado, así como el maestro de la Universidad de Córdoba O. Salazar, en la presentación de 'Feminismos, género y masculinidades', el encuentro más breve de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en La Rábida (Huelva), que acaba este miércoles por la tarde, y donde se ha hecho hincapié en la necesidad de añadir a los varones en la lucha por la igualdad.

En exactamente el mismo, se han analizado desde una perspectiva multidisciplinar las masculinidades y la teoría crítico-feminista de las religiones, o sea, "de qué manera el patriarcado se sosten de masculinidades hegemónicas o bien que absolutamente nadie se cuestione que las mujeres en las religión están sometidas a la obediencia". El directivo plantea tener en consideración estas faltas para llevar adelante prácticas emancipatorias de las mujeres, o bien lo que es exactamente lo mismo, "estimar a las mujeres como sostienes morales".

El teólogo Tamayo ha criticado la actitud de la Iglesia con la mujer. "Siempre y en toda circunstancia la religión ha dejado a la mujer en una situación subalterna", ha comentado. "Dios es varón en todas y cada una de las religiones y sobre todo en la religiones monoteístas", ha abundado.

El ejemplo más claro en este aspecto, conforme Tamayo, está en el Papa F., que pasa por ser un revolucionario. "No hay una crítica más fiero que la que hace F. al Neoliberalismo, no obstante si se charla del papel de las mujeres en la Iglesia, afirma que no puede ser pues J. no ordenó a ninguna mujer".

Por su lado, O. Salazar —director, al lado de Tamayo, del convocado curso— ha resumido concisamente los debates y el intercambio de experiencias que se han producido entre profesores y pupilos. El propósito, conforme ha aclarado, ha sido descubrir dónde se encuentran las raíces de la desigualdad pues "pese a contar con un sistema jurídico y unas leyes de igualdad, la realidad nos prosigue mostrando que la desigualdad entre hombres y mujeres es evidente".

En el curso se ha abordado no solo la violencia de género, sino más bien asimismo las múltiples violencias patriarcales que padecen las mujeres en el mundo entero, de carácter sexual, económica, simbólica y cultural. Ante esto, "pensamos que hay que reivindicar el feminismo como herramienta para combatir contra estos sistemas de opresión", en palabras de Salazar, que apuesta por mudar el poder, las leyes, la cultura y el conocimiento a fin de que las propuestas en normativa de igualdad no queden únicamente en puras orientaciones.

Siendo de este modo las cosas, el objeto del Encuentro 'Feminismos, Género y Masculinidades' era examinar los primordiales desafíos que los feminismos tienen planteados en las sociedades contemporáneas, haciendo singular hincapié en la implicación de los hombres en tales movimientos y en la precisa revisión del modelo de masculinidad heteropatriarcal.

Dichas medites, articuladas desde el género como categoría analítica y de las propuestas crítico-emancipatorias del feminismo, van a suponer por su parte un discute sobre el vínculo poder/ciudadanía y sobre el orden cultural que prosigue reproduciendo y nutriendo desigualdades en nuestros días.