Originalmente el truco o bien trato (en inglés «Trick-or-treat») era una historia de leyenda popular de origen céltico conforme la que no solamente los espíritus de los fallecidos eran libres de deambular por la Tierra la noche de Halloween, sino más bien toda clase de entes provenientes de todos y cada uno de los reinos espirituales.

Entre ellos había uno horriblemente malévolo que merodeaba por pueblos y aldeas, yendo de casa en casa pidiendo exactamente «truco o bien trato».

La historia de leyenda asegura que lo mejor era hacer trato, sin importar un mínimo el costo que este tuviese, puesto que de no convenir con este espíritu (que recibiría el nombre de jack-o'-lantern, con el que se conocen a las tradicionales calabazas de Halloween) utilizaría sus poderes para hacer «truco», que consistiría en maldecir la casa y a sus habitantes, dándoles toda clase de siniestros y maldiciones como enfermar a la familia, matar al ganado con pestes o bien hasta abrasar la propia residencia.

Como protección brotó la idea de crear en las calabazas formas horribles, para de esta manera eludir encontrarse con dicho fantasma (y con el tiempo, debido a la asociación mental entre el espíritu y las calabazas, el nombre de este sería dado a ellas, que es como son conocidas actualmente cuando llega esta celebración).

Verdaderamente, si bien se ha extendido la traducción «truco» en español por la lengua inglesa «trick» y «trato» literalmente por «treat», en el caso del «Trick-or-treating» no se trata de un truco propiamente dicho sino de un susto o bien una gracieta con lo que una traducción más precisa sería por servirnos de un ejemplo «susto o bien dulce» o bien «travesura o bien dulce».

Actualmente, los pequeños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces puerta a puerta. Tras llamar a la puerta los pequeños pronuncian la oración «truco o bien trato», «truco o bien dulce» o bien «travesura o bien dulce» (procedente de la expresión inglesa trick or treat).

Si los adultos les dan caramelos, dinero o bien cualquier otro género de recompensa, se interpreta que han admitido el trato. Si por contra se niegan, los chicos les van a gastar una pequeña gracieta, siendo la más frecuente lanzar huevos o bien espuma de rasurar contra la puerta.

En México hay una versión llamada Calaverita en la que los pequeños preguntan ¿Me da mi calaverita? en vez de ¿Truco o bien Trato? refiriéndose a un dulce con forma de calavera.

El recorrido infantil en pos de gominolas seguramente link con la tradición neerlandesa de la Celebración de San M.

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