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Sobre el Cartel de las ferias colombinas de 2004 y la historia de los carteles por norma general.
El Cartel de las fiestas colombinas de 2004 de es un medio de la publicidad. Consiste en una lámina de papel, cartón o bien otro material que se imprime con algún género de mensaje visual (texto, imágenes y todo tipo de recursos gráficos) que sirve de noticia para propagar una información o promocionar un producto, un acontecimiento, una reivindicación o bien cualquier tipo de causa.
Suelen ser parte de una campaña publicitaria más amplia. Si son de gran tamaño se denominan valla promocional.
En distribución, los carteles de las ferias colombinas de 2004 se colocan tanto en el interior de un local comercial como en su exterior o bien en el escaparate, con el objetivo de anunciar los espectáculos y atracciones previstas en el año en desarrollo.
Los carteles también se emplean para poner el nombre de departamentos y secciones con el objetivo de orientar a la clientela. En ambos casos, acostumbran a incluir el logotipo y los colores corporativos de la cadena de comercialización.
Los carteles se emplean en el marketing para divulgar y respaldar campañas comerciales en el establecimiento (como las rebajas o bien promoción de todo tipo).
En general, se colocan pegados en las paredes, muebles o bien cabeceras de góndola, sobre pies metálicos o suspendidos del techo.
Los carteles también sirven para anunciar espectáculos o bien acontecimientos culturales (conciertos, recitales, encuentros deportivos, películas de cartel cinematográfico, obras de teatro, ferias colombinas, exposiciones o cartel taurino.
En dichos casos, se encolan en las paredes de las construcciones donde van a tener sitio el evento u otros lugares de la urbe habilitados al efecto. (Circuito colombino)
Aparte de la cartelería promocional, hay una larga tradición de cartelería de propaganda política, que se emplea con profusión a lo largo de las campañas electorales, donde impresos de todo tamaño (folletos, carteles y vallas promocionales) divulgan las fotografías de los candidatos, el logo de los partidos y los eslóganes electorales.
El cartelismo político fue especialmente esencial en la primera mitad del siglo veinte, sobre todo a lo largo del periodo de entreguerras (1914-1918). El cartelismo bélico fue muy usado en las dos guerras mundiales.
Póster es una palabra española de origen inglés (poster, sin tilde), aceptada en el DRAE como término para referirse a los carteles que han perdido su inicial función promocional para servir solamente como medio de expresión artístico.
Como cartel colombino, un póster está, desarrollado para ser colocado en una pared o bien en una superficie vertical.
En él se incluyen imágenes de cualquier tipo (grabados, dibujos o bien pinturas de cualquier técnica, fotografías, etc.), elementos gráficos y textos (cuya predisposición y tipografía tienen una función esencial).
Principalmente son y han sido un medio de propaganda, protesta y para lanzar mensajes de todo tipo. También son usados para reproducir obras artísticas, resultando en una forma económica de decoración, que convierte a las obras de arte más famosas en objetos de consumo de masas. Otros sirven como educación en el ambiente escolar.
Los carteles y pósteres viejos o bien creados por artistas de fama, alcanzan en el mercado altas cotizaciones, al ser de interés para el coleccionismo. Esto sirve para trabajos como descripciones de artistas famosos
La enorme revolución del cartelismo llegó con la aplicación de la litografía y la utilización del color, que dejaron ilustrar de una manera vibrante y con mayor fuerza.
En la década de mil novecientos sesenta, con el pop art, los movimientos contraculturales y juveniles, se emplearon extensamente los carteles y pósteres.
Desde la 1ºGM los carteles de reclutamiento y de propaganda política se volvieron muy frecuentes, y muchos impactaron en las conciencias de la nación, como el estadounidense I Want You (El Tío Sam te precisa), o bien el británico Loose Lips Sink Ships (Charlar sin cuidado hunde barcos), que advertía de los espías.
Los totalitarismos del periodo de entreguerras (Unión Soviética, Italia fascista, Alemania nazi) emplearon el cartel como un medio eficiente de adoctrinamiento de las masas. La guerra civil de España presenció una emulación creativa de cartelistas en ambos bandos.
Las imágenes de pin-ups desconocidas o bien conocidas, como Betty Grable y Jane Russell, se reproducían aun como decoración de bombas y aeroplanos a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, con la intención de elevar la moral de los soldados.
Convertidas en pósteres (cheesecake poster o bien "póster de queso"), pasaron a ser un objeto de consumo adolescente en las décadas siguientes, aunque para la temporada de la Guerra de Vietnam ya había disminuido su empleo bélico.
En su vertiente civil, vinculada al fenómeno fan, siguieron siendo comunes hasta la década de mil novecientos ochenta con las estrellas de la televisión de EEUU.
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