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Sobre el Cartel de las ferias colombinas de 1996 y la historia de los carteles normalmente.
El Cartel de las fiestas colombinas de 1996 de es un medio de la publicidad. Consiste en una lámina de papel, cartón u otro elemento que se imprime con algún tipo de mensaje visual (texto, imágenes y todo tipo de recursos gráficos) que sirve de noticia para difundir una información o bien promocionar un producto, un evento, una reivindicación o cualquier tipo de causa.
Acostumbran a formar parte de una campaña de publicidad más extensa. Si son de importante tamaño se denominan valla promocional.
En distribución, los carteles de las fiestas colombinas de 1996 se colocan tanto en el interior de un local comercial como en su exterior o bien en el escaparate, con el objetivo de anunciar las fiestas y atracciones previstas en el año en curso.
Los carteles asimismo se emplean para colocar el nombre de departamentos y secciones con el objetivo de orientar a los clientes. En ambos casos, acostumbran a incluir el logo y los colores corporativos de la cadena de comercialización.
Los carteles se utilizan en la mercadotecnia para divulgar y apoyar campañas comerciales en el establecimiento (como las rebajas o promoción de todo tipo).
Generalmente, se ponen pegados en las paredes, muebles o cabeceras de góndola, sobre pies metálicos o suspendidos del techo.
Los carteles también sirven para anunciar espectáculos o bien eventos culturales (conciertos, recitales, encuentros deportivos, películas de cine, obras teatrales, ferias colombinas, exposiciones o cartel taurino.
En dichos casos, se encolan en las paredes de los edificios donde van a tener lugar el acontecimiento o bien otros lugares de la ciudad habilitados al efecto. (Recinto colombino)
Aparte de la cartelería promocional, hay una larga tradición de cartelería de propaganda política, que se utiliza con profusión durante las campañas electorales, donde impresos de todo tamaño (folletos, carteles y vallas promocionales) divulgan las fotos de los aspirantes, el logo de los partidos y los eslóganes electorales.
El cartelismo político fue singularmente esencial en la primera mitad del siglo XX, sobre todo durante el periodo de entreguerras (1914-mil novecientos dieciocho). El cartelismo bélico fue muy empleado en las dos guerras mundiales.
Póster es una palabra española de origen inglés (poster, sin tilde), admitida en el DRAE como término para referirse a los carteles que han perdido su inicial función publicitaria para proporcionar solamente como medio de expresión artístico.
Como cartel colombino, un póster está, diseñado para ser colocado en una pared o en una superficie vertical.
En él se incluyen imágenes de cualquier clase (grabados, dibujos o pinturas de cualquier técnica, fotografías, etc.), elementos gráficos y textos (cuya predisposición y tipografía tienen una función esencial).
Principalmente son y han sido un medio de propaganda, queja y para lanzar mensajes de todo tipo. También son utilizados para reproducir obras artísticas, resultando en una forma económica de decoración, que transforma a las obras de arte más famosas en objetos de consumo de masas. Otros sirven como recurso educativo en el entorno escolar.
Los carteles y pósteres antiguos o creados por artistas de fama, alcanzan en el mercado altas cotizaciones, al ser de interés para el coleccionismo. Esto sirve para trabajos como descripciones de artistas conocidos
La gran revolución del cartelismo llegó con la aplicación de la litografía y la utilización del color, que permitieron ilustrar de una forma vibrante y con mayor impacto.
En la década de mil novecientos sesenta, con el pop art, los movimientos contraculturales y juveniles, se usaron ampliamente los carteles y pósteres.
Desde la Primera Guerra Mundial los carteles de reclutamiento y de publicidad política se volvieron muy frecuentes, y muchos impactaron en las conciencias nacionales, como el estadounidense I Want You (El Tío Sam te necesita), o bien el británico Loose Lips Sink Ships (Charlar sin cuidado hunde barcos), que advertía de los espías.
Los totalitarismos del periodo de entreguerras (Unión Soviética, Italia fascista, Alemania nazi) utilizaron el cartel como un medio eficiente de adoctrinamiento de la población. La guerra civil de España presenció una emulación creativa de cartelistas en los dos bandos.
Las imágenes de pin-ups anónimas o famosas, como Betty Grable y Jane Russell, se reproducían aun como decoración de bombas y aviones durante la Segunda Guerra Mundial, con la intención de elevar la moral de los soldados.
Convertidas en pósteres (cheesecake poster o bien "póster de queso"), pasaron a ser un objeto de consumo adolescente en las décadas siguientes, aunque para la temporada de la Guerra de Vietnam ya había decaído su empleo bélico.
En su vertiente civil, vinculada al fenómeno fan, continuaron siendo comunes hasta la década de 1980 con las figuras de la T.V. estadounidense.
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